El valor de una experiencia auténtica en la comunicación
Por: Mg. Alicia Barco Andrade
CEO – Human Branding
En los ámbitos del branding y la comunicación, no hacemos más que escuchar la palabra “experiencia”: experiencia de usuario (“user experience”), experiencia de marca o brand experience, marketing experiencial, experiencia online, experiencia 360… Y lo primero que me pregunto es si, ¿estamos hablando de lo mismo? ¿Qué significa el término experiencia? ¿Qué lugar tiene la experiencia en la comunicación de las empresas y sus marcas?
Como en todo trabajo estratégico, en comunicación es necesario definir cada concepto esencial. Sí, definir qué quiere decir lo que las empresas declaran como valores; por ejemplo cuál es su “compromiso”, a qué son “responsables”, a dónde enfocan la“innovación”; y como experiencia también. Por ejemplo “generar en nuestros públicos una experiencia feliz, divertida, amigable, confiable…” ¿Qué se imagina el cliente cuando nos pide una acción así? En este punto es donde tenemos que preguntarnos: “¿Qué quiere decir cada uno de estos conceptos?”; porque si no los definimos, todos los esfuerzos en comunicación terminan cayendo en un lugar común, en donde el contenido se puede volver commodity, y donde en definitiva, todas las empresas quieren transmitir “felicidad, alegría, confianza, amistad, calidad”. Cada vez caigo en la cuenta de la falta de identidad de muchas marcas; no porque no lo tengan, sino porque carecieron del tiempo para planificar esa larga vida que trae consigo la visión de una existencia en el tiempo. A falta de visión, es difícil avanzar de manera estratégica o diferenciadora. Fácilmente te masificas.
Aquí nuevamente entran en juego las palabras “verdadero y auténtico”. ¿Cómo logro como arquitecta de marcas y comunicación que las empresas logren dejar un sello imborrable en sus públicos? ¿Cómo logro que todo lo que comuniquen sea tan auténtico y tan parte de su ADN? ¿Cómo logro que sus mensajes actúen como verdaderos portadores de nuevos paradigmas que cambien y transformen mentalidades, emociones, acciones y elecciones? ¿Cómo logro que sus contenidos impacten y se perpetúen de generación en generación cual las influencias que tuvieron tantos artistas, escritores, empresarios, que dejaron su huella en este mundo?
Estoy convencida que la verdadera responsabilidad social empresarial tiene que ver con esto: Con lograr un paso más de crecimiento en la historia de la humanidad, con dejar una huella imborrable, a través de su comunicación. Marcas que den utilidad a la vida de las personas o que despierten nuevos enfoques hacia un mundo más consciente.
Empezar por salirse del lugar común, donde comunicar lo mismo que los demás hacen, sin comunicar nada es una actitud que debe quedar en el pasado. Estar donde muchos no están porque es ahora una tendencia, es disparar al aire para alinearnos con la suerte. Invertir grandes sumas de dinero en creatividad sin velar por el corazón de la estrategia. Sí, impacta, trae fans, mejora el alcance, pero como todo pasará de moda y se disolverá como humo.
Las experiencias auténticas pasan por planificar estratégicamente las marcas y la comunicación, como darse el tiempo para ello. Las verdaderas experiencias de marcas traen mensajes inteligentes que movilizan a la acción y dejará una huella para toda una vida. La memorabilidad no es cuestión de suerte ni de tendencia, es cuestión de autenticidad y de darse el tiempo para visionar la marca.
La coherencia y la credibilidad son invaluables, son el mayor valor intangible de una empresa. Trabajemos por marcas coherentes, transparentes y reales. Las experiencias auténticas realmente impactarán y no necesitarán más explicaciones que la experiencia misma.
¿Qué se necesita para lograr esto?
Conocer a fondo la cultura de la organización, la visión de sus fundadores, su ADN, lo que los apasiona, lo que los mueve a ir hacia adelante, lo que los motiva. De la cultura real nacen las experiencias de sus marcas y todos sus contenidos. Es necesario ir al fondo, conocer y reconocer lo invisible, lo que en general no se muestra. Porque lo que cuesta sacar afuera, es lo realmente auténtico y valioso.
El poder de una marca, dependerá siempre de su estrategia.