Resumen:
La ponencia de Alicia Barco en el Summit LATAM de Conocimiento, Innovación y Tecnología para la vida en Tuluá, Colombia, se titula «Neurociencia, Humanismo Digital, Innovación. Las ondas expansivas del capital emocional para generar riqueza y bienestar social».
Barco inicia expresando su preocupación por los problemas sociales en Latinoamérica, a pesar del avance tecnológico (láminas 2-3). Plantea la cuestión de si la tecnología está realmente desarrollando nuevas competencias o intoxicando la mente, enfatizando la necesidad de un «Humanismo Digital» que centre a las personas en la era de la transformación digital y norme los nuevos derechos y límites en el uso de la IA (láminas 4-9).
Partiendo de la pandemia como precedente, Barco señala que el desafío es construir una sociedad más justa y equitativa, poniendo a los seres humanos en el centro del progreso tecnológico (láminas 6-7). Sin embargo, advierte sobre la perturbación mental generada por la monopolización de la web, las noticias falsas y la vigilancia digital (lámina 7). Ante la creciente integración de máquinas y robots en la vida humana, aboga por reunir ideales humanistas con pensamientos críticos sobre el uso de la tecnología para la vida (lámina 8).
La oradora define el Humanismo Digital como un llamado a deliberar sobre el rol del ser humano en el desarrollo tecnológico, recuperando información veraz, reduciendo la brecha digital, desarrollando competencias digitales, priorizando valores, previniendo riesgos en el ciberespacio y promoviendo la atención plena (lámina 9). Analiza el ciberespacio como el nuevo espacio público digital y cuestiona el rol de las personas en esta era en relación con los problemas y crisis sociales (lámina 10).
Barco destaca la ingobernabilidad de la Cultura Digital y su impacto en la política, el gobierno, el trabajo y la educación (lámina 11). Subraya la urgencia de la crisis climática y la falta de decisiones acertadas por parte de los líderes políticos (lámina 12). La innovación tecnológica exige innovación social y un amplio compromiso humano, dado el riesgo de reemplazo de empleos por la automatización en Latinoamérica (lámina 14).
La pandemia es presentada como un triunfo científico con un desastre geopolítico, evidenciando la falta de gobernanza global y el auge de una posible guerra geopolítica (láminas 15-16). Este «mundo roto» impacta en los derechos humanos y la economía global, llevando a la «Era del Caos» y altos niveles de cortisol e insatisfacción en las personas (láminas 17-20).
Ante este panorama, Barco pregunta sobre el futuro de la humanidad y responde que sin confianza no hay desarrollo, ya que la desconfianza genera polarización con consecuencias negativas para la mente y la sociedad (láminas 22-24). Introduce la neurociencia como clave para comprender la singularidad humana, con la mente surgiendo del cerebro (lámina 25). El estudio del cerebro busca hacer la IA más eficiente, pero más tecnología no significa ser más humano (láminas 26-27).
La Neuroinnovación reafirma la naturaleza humana como una «Cultura Cognitiva Emocional Creativa hacia lo social», donde las emociones impactan el desarrollo mental (lámina 28). Explica los dos mecanismos de defensa del cerebro (supervivencia y adaptación), siendo este último el «océano azul mental» de la motivación y la innovación (láminas 29-32). La innovación del capital emocional reside en el lóbulo prefrontal y es clave para el bienestar y la innovación social (lámina 33).
Barco cuestiona por qué nos sentimos amenazados si tenemos estos mecanismos, señalando que la consciencia es una capacidad humana que la IA no tendrá (lámina 34). Llama a enfocar la atención en el «océano azul mental» en lugar de los miedos (lámina 35). La neuroinnovación es el principal método de desarrollo empresarial en el tercer milenio, donde la creatividad humana genera la tecnología (lámina 36).
La oradora señala la falta de educación para la prosperidad en Latinoamérica y la necesidad de educar en innovación y liderazgo (láminas 37-38). Aboga por una «Neuroinicia» como catalizador de una cultura emprendedora poderosa con valores, autoestima, motivación y liderazgo (lámina 38). Critica la falta de comprensión del desarrollo social económico en la región y la necesidad de conocernos como una «Cultura Cognitiva Espiritual Emocional Creativa hacia lo social» (lámina 39).
El desafío es motivarnos positivamente, activar la creatividad e innovar desde la mente, pasando de una mente fija a una mente de crecimiento (láminas 40-41). El cerebro es plástico y la innovación moviliza los ecosistemas emprendedores, requiriendo actitud y conexión con la mente (lámina 42). La pregunta clave es cuál será la participación útil en la era digital para el bienestar social, sembrando semillas de paz y creando emprendimientos con valores positivos (lámina 43).
Un estudio de 2023 reafirma la necesidad de marcas que generen confianza, presentando oportunidades para empresas y emprendimientos más humanos con rentabilidad social (lámina 44). Advierte sobre el populismo como discurso emocional sin trabajo real (lámina 45). La solución radica en crear espacios de empoderamiento compartidos, potenciar el poder humano, cambiar la mentalidad hacia una cultura emprendedora basada en el potencial humano, corregir la informalidad, motivarnos diariamente y abrir laboratorios de Neuroinnovación en la academia (láminas 46-51).
El profesional del siglo XXI debe desarrollar competencias holísticas para resolver problemas e innovar (lámina 52), formando líderes emocionales que promuevan el desarrollo sostenible con rentabilidad social a través del modelo de las cuatro hélices de innovación abierta (academia, estado, empresas y sociedad civil trabajando juntos) (láminas 53-54). La clave está en cambiar el paradigma del tener por el ser, empoderando a las personas en la innovación para el desarrollo sostenible desde la academia (láminas 56-57).
Finalmente, ante un entorno frenético, lo inmutable es la persona con su naturaleza espiritual, cognitiva emocional y su necesidad de propósito (láminas 58-60). El mensaje final es visionar, desarrollar pensamiento crítico, emprender con poder humano sin miedo y convertirse en líderes transformacionales, recordando que el éxito se construye a través de la perseverancia (lámina 61).
El taller propuesto busca aplicar el círculo de oro de Simon Sinek para desarrollar proyectos innovadores basados en el liderazgo emocional, abordando problemas sociales en medio ambiente, analfabetismo digital y violencia hacia la mujer, utilizando palabras clave como innovación, tecnología, educación e impacto social, e identificando el tipo de líder, las competencias holísticas y las emociones a generar para lograr un propósito social a través de la colaboración de diversos actores.